lunes, 17 de febrero de 2014

EL INCONSCIENTE DIRIGE NUESTROS COMPORTAMIENTOS

Todos  somos conscientes de la  existencia del inconsciente, aunque únicamente nos lleguen sus resultados. Por ejemplo: si queremos encontrar algo que hemos perdido y por más que lo buscamos no lo encontramos, si somos capaces de relajarnos y dejar trabajar al inconsciente, como por arte de magia llega a nuestra mente un mensaje nítido que nos dice dónde está eso que estábamos buscando. Esa información es cosa el inconsciente.

El cerebro humano tiene dos formas de trabajar con la información: el consciente y el inconsciente


Una de las diferencias más notorias entre ambos es la velocidad. Digamos que, aproximadamente, necesitaríamos unos 4 años de nuestra vida si usáramos el consciente para realizar las comparaciones que el inconsciente es capaz de analizar en aproximadamente 10 minutos.
Es el que nos lleva a tomar  tomar decisiones rápidas ya que puede procesar grandes cantidades de información permitiendo que podamos decidir en función de múltiples criterios. Además, nos permite realizar tareas complejas de forma fácil, como comunicarnos (lenguaje verbal y no verbal), leer,  escribir, conducir, caminar, correr, …. También ayuda a expresar nuestras emociones y a distinguir las emociones de los que nos rodean mediante el olfato y el lenguaje no verbal.
Cada vez estamos más seguros de que la mayoría de las cosas que hacemos a lo largo del día son tarea del inconsciente. Por eso tenemos tantos comportamientos que no quisiéramos tener, pero que cada vez que se dan las circunstancias repetimos de nuevo sin poder hacer nada por evitarlas. Cada día podemos comprobar que no logramos cambiarlos aunque pongamos intención, fuerza de voluntad e incluso esfuerzo. Esto explica que el inconsciente no se transforma  con fuerza de voluntad, esfuerzo,  propósitos, ordenes, amenazas, castigos,....sería bueno que nos tranquilizarnos. Todo lo que quedó almacenado en el inconsciente pasó antes por el consciente y a través de nuestra experiencia se grabó en el  inconsciente para ser utilizado continuamente mientras vivimos.
 ¡Qué sería de nosotros si tuviéramos que pensar para hacer todas las cosas que hacemos a lo largo del día conscientemente! Prueba, si quieres, con alguna tarea elemental y verás lo torpes que nos volvemos: intenta subir una escalera pensando lo que haces y cómo lo haces. Comprobarás que  resulta extremadamente difícil y lento.
Todas nuestras percepciones, reacciones y respuestas vienen del inconsciente, por eso, si queremos que algo cambie en él, la única vía es comprender y  entender con la conciencia y en base a nuestra experiencia de una forma sana, para que cambien las percepciones en el inconsciente y éste produzca  reacciones y comportamientos nuevos. 
Para tomar conciencia de nuestras percepciones, reacciones y respuestas inconscientes es necesario ponerle palabras mientras nos comunicamos con alguien que nos escuche y nos acompañe con amor en este proceso humano que nos lleva a acabar con el sufrimiento, descubriendo percepciones, reacciones y respuestas amorosas hacia los demás y hacia uno mismo.   

Todos  somos conscientes de la  existencia del


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