Todos
tenemos experiencias de hacer lo que decidimos hacer y no hacer lo que decidimos
no hacer en algunas situaciones y esto nos ha llevado a creer que somos
nosotros los que decidimos hacer o no hacer. Pero resulta que también todos
tenemos experiencias de haber decidido hacer una cosa o dejar de hacer otra y
no nos ha sido posible, sin entender por qué esto es así.
Esta
evidencia nos puede llevar a entender que si fuéramos nosotros con la voluntad,
la intención, el propósito, premiándonos o castigándonos, o por cualquier otra
vía, los que decidiéramos hacer o no
hacer algo sería siempre así, en todas las situaciones haríamos lo que
decidimos hacer o no haríamos lo que decidimos hacer y todos tenemos muchas
experiencias en nuestra historia de que esto no ha sido siempre así. Por esto
los niños no entienden cuando les culpabilizan de algo que no quieren hacer
pero hacen y van a seguir haciendo, o de algo que quieren hacer pero no hacen y
seguirán sin hacerlo.
Aunque no tenga mucha lógica la evidencia es innegable. Este proceso mental lo podemos entender si entendemos antes que todas nuestras acciones son ordenadas por nuestro cerebro instintivo o reptiliano y que nunca decidimos ni cómo percibimos y por supuesto ni cómo pensamos, ni cómo sentimos, ni cómo actuamos porque todo procede de la percepción y hasta que la percepción no la transforme ese cerebro instintivo, no cambiarán ni los pensamientos, ni los sentimientos, ni las acciones. Ante cada situación este cerebro genera una necesidad que nos lleva a un comportamiento sin pasar por el cerebro mamífero que es el que maneja la lógica porque maneja el lenguaje. El cerebro instintivo sólo maneja la intuición de lo que conviene en cada momento.
Ahora
ya podemos entender que es el cerebro instintivo el que nos guía y nos protege
desde que somos concebidos hasta el último suspiro, creando las percepciones
que convienen en cada momento que van a generar
a su vez pensamientos, sentimientos y acciones convenientes para nuestro
desarrollo y siempre estamos buscando entenderle para dejar de luchar contra
él. Cada vez que buscamos paz mental es porque tenemos alguna lucha con lo que
sucede dentro y fuera de nosotros, consciente o inconscientemente.
Hablando
conmigo, poco a poco, iras entendiendo todo esto que te explico y de forma
natural irán desapareciendo, primero todas tus luchas con el pasado y con el
presente, porque comprobarás que nada ha restado, todo ha sumado y después
todos tus temores al futuro porque confiarás en que mientras haya vida habrá
infinitas posibilidades aparte de morir, que será una más simplemente.