jueves, 26 de febrero de 2015

6º Prog. ESCUCHARNOS PARA DESCUBRIRNOS:“Para el cerebro humano no existen conductas buenas o malas, ni correctas, ni incorrectas, sólo existen conductas humanas”. Emitido 20-2-15



Si entendemos que venimos del cerebro mamífero en el que las relaciones humanas eran jerárquicas y el amor que aprendimos a ofrecer desde este cerebro es el amor mercantil, nos será fácil entender que sólo podemos querer a los que se comportan como necesitamos que se comporten y si no es así, necesitamos manifestar rechazo y aplicar castigo para conseguir introyectar la necesidad que transforme el comportamiento. Los educadores tenían la necesidad de transmitir todas las necesidades por el bien del grupo a la siguiente generación. Sólo existía la conciencia colectiva. Repetir conductas para asegurar la supervivencia del grupo era fundamental y educativo. En la actualidad, como todas las relaciones humanas son horizontales por la evolución del cerebro humano, el amor que podemos desarrollar para humanizarnos es el amor incondicional que transforma la educación en acompañamiento para experimentar y aprender de sus propias experiencias. Todas las conductas son correctas y es cada persona la que observa las consecuencias de sus conductas y va creando sus propias necesidades, modificando las que ya no lo son, para repetir las conductas que reciben consecuencias deseadas y dejar las que no deseamos recibir más. Todo lo vivido siempre ha sido necesario y beneficioso para nosotros, sólo nos falta desplegar el infinito potencial creativo para descubrir en que nos benefició cada situación o comportamiento nuestro o de los otros, para comprender que fue necesario, sintiendo dentro la gratitud y la compasión por los otros y por nosotros mismos.

domingo, 22 de febrero de 2015

5º Prog. ESCUCHARNOS PARA DESCUBRIRNOS: "Sólo el amor del cerebro humano puede persuadir al cerebro reptiliano de que ya no necesita comunicarse en estado de Secuestro Emocional". Emitido 13-2-15.



Cuando el cerebro humano comprende que comunicarse en Secuestro Emocional le debilita a la vez que fortalece al otro, empieza a mandarle amor al cerebro reptiliano para que pueda generar la necesidad de guardar silencio en ese estado, que irá sustituyendo a la antigua de comunicarse en este estado, que viene de la jerarquía. Comunicarnos en Secuestro Emocional crea canales de atención tóxica, adictiva y destructiva que lejos de erradicar, radicalizan las conductas de los otros, que nos ponen en ese estado. Si poco a poco vamos entendiendo esto, dejaremos de necesitar que las conductas que no nos gustan desaparezcan y por lo tanto dejaremos de atender estas conductas que creíamos que necesitábamos que desaparecieran, guardando silencio y no ofreciendo contacto visual, dejando de transitar estos canales. Esto ofrecerá las condiciones necesarias para que desaparezcan, cuando llegue el momento, por falta de transito simplemente, no porque necesitamos que desaparezcan. Cuando nos dirigimos a otro en Secuestro Emocional y el otro no nos mira ni nos responde, tenemos la oportunidad de salir de ese estado y descubrir la necesidad que no ha sido cubierta, que nos ha puesto en ese estado. Cuando somos nosotros los que ofrecemos silencio y ausencia de mirada a una intervención del otro en este estado, tenemos la oportunidad de salir de la necesidad de que el otro no se comunique con nosotros en ese estado.

jueves, 12 de febrero de 2015

4º Prog.ESCUCHARNOS PARA DESCUBRIRNOS: "Cuando estamos en estado de Secuestro Emocional está activado el cerebro de las necesidades buscando su cobertura. Emitido 6-2-15.

El estado de Secuestro Emocional se produce cada vez que sucede algo imprevisto, activándose el cerebro reptiliano. Si lo que nos sorprende nos resulta agradable las sustancias del bienestar permanecen en el torrente sanguíneo mientras dura la experiencia porque no son necesarias después. No tenemos que afrontar nada nuevo, la vida sigue normalmente. Si lo que nos sorprende nos produce malestar, se activan las sustancias químicas de la frustración o el miedo y permanecen en nuestro torrente sanguíneo el tiempo necesario para encontrar una respuesta. La energía de la frustración y el miedo despliega el potencial creativo para encontrar una respuesta sana y eficaz si es necesaria o simplemente descubre la necesidad que no ha sido cubierta, entiende que ya no es necesaria, y queda libre de ella; o nos lleva a actuar desde ese cerebro reptiliano como si su cobertura fuera un asunto de supervivencia, teniendo lugar conductas irracionales y destructivas. Como venimos de la jerarquía, tenemos la necesidad de comunicarnos en este estado con la palabra o con actos, estableciendo un canal de atención tóxica, adictiva y destructiva y lejos de conseguir cubrir la necesidad, radicalizamos la conducta del otro y la frustración va aumentando. Cuando el cerebro reptiliano entiende todo esto a través del amor del cerebro humano, empieza a crear la necesidad de guardar silencio en este estado para dejar de transitar canales ya establecidos de atención tóxica o evitar crear otro nuevo.

domingo, 8 de febrero de 2015

3º prog. ESCUCHARNOS PARA DESCUBRIRNOS: "Descubrir y entender cómo funciona nuestro cerebro para poder entender nuestros comportamientos y los de los otros.Emitido el 30-1-15


 El cerebro reptiliano es el de los instintos, el de la supervivencia, el que crea las necesidades que nos llevan a la acción. Todos nuestros impulsos están manejados por este cerebro. Creatividad para sobrevivir. Procesos inconscientes. Cuando no obtenemos cobertura de alguna necesidad sentimos frustración o miedo y aparecen en nuestro torrente sanguíneo sustancias que nos sacan del estado repetitivo y automático, activando el potencial creativo para afrontar lo que está sucediendo de una forma sana y eficaz, para conseguir la cobertura o evitar lo que tememos. En este estado de alteración que Daniel Goleman llama Secuestro Emocional, porque nuestro cerebro racional queda desactivado, podemos tener conductas irracionales y destructivas. Cuando comprendemos que en este estado lo único sano que podemos ofrecer es silencio, este cerebro empieza a crear la necesidad de guardar silencio, para poder descubrir cuál es la necesidad que está detrás de la frustración o el miedo, al tiempo que empezará a soltar la necesidad de comunicarnos en este estado que se creó cuando las relaciones humanas eran jerárquicas

lunes, 2 de febrero de 2015

EL PODER DE LA PALABRA

El poder de la palabra

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Ilustración de Anuska Allepuz
“Un día, mirando desde la ventana de mi aula a los niños que jugaban en el patio, libres, felices, se me ocurrió compararlos con los que tenía sentados delante de mí en sus mesas, obedientes, resignados, sin ideas, mientras que los de ahí abajo estaban vivos, rebosantes de fantasía. Desde aquel día dije basta a un viejo tipo de escuela, la escuela autoritaria en la que yo mandaba y los niños obedecían y empecé otra en la que liberando a los niños me liberaba a mí mismo, daba sentido a mi propia vida y dejaba de hacer de ellos pequeños esclavos”.  Estas son palabras de Mario Lodi, pedagogo italiano que falleció en marzo de 2014 a la edad de 92 años. Lodi creía que el pedagogo no era un especialista en conocimientos sino un experto en conversar con los niños. Según él, los niños no debían ser “los sin voz”, sino que iban a la escuela a expresarse, pensar y crear. Gianni Rodari, escritor y pedagogo, también creía en el poder liberador de la palabra. Decía: “ ‘El uso total de la palabra para todos’ me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”. En su poema “El cien existe”, Loris Malaguzzi reivindicaba la expresión infantil utilizando múltiples lenguajes (cien) y lamentaba que los adultos les robaran noventa y nueve de ellos :
“Le dicen:que piense sin manos,que haga sin cabeza,que escuche y que no hable,que entienda sin alegrías,que hable y se maraville sólo en Semana Santa y en Navidad.” 
El uso de la palabra, junto con todas las otras formas de expresión que existen, es instrumento de libertad, es herramienta de descubrimiento, nos pone en contacto con el otro. Aprender a usar la palabra y a respetar la palabra del otro, he aquí uno de los principales objetivos que la escuela debería perseguir. Pero demasiado a menudo nos centramos en enseñar a escuchar y a repetir lo que la autoridad marca, consagrando el valor supremo del silencio, el respeto entendido como sumisión y la libertad como un peligro que aplazamos para luego, “cuando seas mayor”. 
Dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su prólogo que es “la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias”. 
Solo deseo un mundo donde la palabra sea libre y eso nos libere del temor. 
Elena Ferro