miércoles, 15 de abril de 2015

10º Prog. ESCUCHARNOS PARA DESCUBRIRNOS: “El castigo en la sociedad jerárquica era corrector, en cambio ahora, en la sociedad horizontal, no sólo no actúa como corrector, sino que se convierte en radicalizador de la conducta”.

Cuando las relaciones humanas eran jerárquicas porque el cerebro mamífero era el que controlaba la conciencia colectiva para la supervivencia del grupo, había conductas buenas y malas. Las malas se entendían que ponían en peligro la vida, y había que corregirlas a través de amenazas y castigos. En la mayoría de los casos se conseguían corregir y en los que no era posible, los educadores abandonaban la lucha por rendición. Las penas aplicadas a los delitos por el Poder Judicial nunca consiguieron que desaparecieran dichas conductas. En la actualidad, por la evolución natural del cerebro, las relaciones humanas son horizontales, reguladas por la conciencia individual basadas en la cooperación, la gratitud, la compasión y la afectividad. Ahora ya no hay conductas buenas ni malas, independientemente de que el Poder Judicial siga aplicando las penas que indique el Código Civil a las conductas consideradas delictivas. Es necesario entender que todas las conductas tienen consecuencias, y que sólo así podemos ir construyendo aprendizajes, por ensayo-error, como podemos comprobar en el aprendizaje de la habilidad de caminar, el cual todos hicimos acompañados, pero no dirigidos ni adiestrados. Solo entonces podemos descubrir que la educación ahora consiste en acompañar a los hijos y alumnos a experimentar, facilitando que puedan construir sus propios aprendizajes a través de sus experiencias, transformando las conductas continuamente de forma espontanea.

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