lunes, 27 de febrero de 2017

NUEVA PEDAGOGÍA PARA LOS DOCENTES

Las investigaciones sobre neuroeducación demuestran que para activar el deseo de pensar  y que se construya un aprendizaje es necesario encender previamente una emoción, y para ello es fundamental despertar la curiosidad del estudiante. Hay que comenzar la clase con un elemento provocador, algo que resulte chocante. Aquello que nos extraña, que no nos resulta monótono. Ahí se abre la ventana de la atención, imprescindible para aprender.

En la pedagogía tradicional el esfuerzo está asociado al dolor, al malestar, y a la idea de que adquirir conocimiento tiene que ver con la ansiedad, el miedo o la evaluación. En cambio, la neuroeducación busca generar placer y de esa forma conseguir que el esfuerzo y la constancia aparezcan de forma automática. 

En el caso de un examen de un tema que no me interesa y con el que no he logrado establecer una conexión personal, los circuitos construidos me permitirán aprobar, pero no aprender. La información desaparecerá de forma automática nada más acabar la prueba. La clave para que el aprendizaje sea significativo, es que tanto la información como el proceso de enseñanza sean relevantes para el estudiante y se repitan.

El placer es el sentimiento que va unido a la emoción positiva, por lo que hay que recuperarlo en educación. Sin placer, no hay motivación y sin motivación no hay posibilidad de construir aprendizajes, sólo memorizar.

 El cerebro humano sólo puede prestar atención a lo que no es habitual. Una situación nueva que no sabes cómo resolver te atrae. Atención, emoción y aprendizaje. Ese es el orden según la neuroeducación. Una vez captada la atención de los alumnos, las dinámicas de aprendizaje cambian.

La escuela a través de la memorización, no promueve que se construyan aprendizajes porque no invita a pensar sólo a acumular conocimientos en el mejor de los casos. Y en el peor a sentir el fracaso de no ser capaz de memorizar para aprobar.

Las personas llegan a la edad adulta y no saben pensar por sí misma, se han dedicado a reproducir o a obedecer  lo que dicen otros. Ya es necesario que la escuela abandone la metodología cerrada basada en certezas, creando una nueva basada en despertar la curiosidad para activar procesos de investigación y descubrimientos que desarrolle la capacidad de investigar y analizar por uno mismo. Cuestionar lo que se da como cierto comprobándolo con la propia experiencia.

El nuevo escenario laboral, en el que el número de máquinas  no deja de aumentar, requerirá personas con un gran desarrollo de su creatividad,  para poder llevar a cabo tareas que nunca podrá ejecutar una máquina, por mucho que avance la tecnología.


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