La distancia física recomendada para evitar el posible contagio del covid-19, no impide la cercanía social si entendemos que aunque no nos besemos, ni nos abracemos, podemos sentirnos cercanos si nos miramos, nos escuchamos y nos sonreímos, y así de forma espontánea vamos a ir estableciendo canales de atención sana, porque sin darnos cuenta vamos a ir dejando de comunicarnos en estado de secuestro emocional como protección, porque cualquier persona puede contagiarnos.
Hablando con Manuela podrán ir descubriendo que aunque no puedan besar, ni abrazar a sus seres queridos pueden aprender a relacionarse, sintiéndose cerca de ellos, mirando, escuchando y sonriendo, recordando que la cara es el espejo del alma, entendiendo que cada uno tiene una percepción de la realidad que le lleva a pensar, sentir y actuar de forma distinta y que en eso consiste su originalidad. Sólo escuchando la percepción del otro podremos conocernos, entendernos y amarnos. Todo esto es un proceso, es un horizonte esperanzador para poder ir afrontando la crisis sanitaria y socio-económica que nos toca vivir, desarrollando la creatividad para tener respuestas eficaces.
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