Ir a terapia no es para cuando estás mal, es para aprender a recuperar el bienestar cada vez que lo pierdes. Muchas veces, tenemos normalizado el malestar y ni tan siquiera lo percibimos. Entendemos que es normal estar frustrados o asustados por las circunstancias que nos toca vivir. Y no son las circunstancias las que nos ponen en ese estado, sino la percepción que hacemos de las circunstancias.
Ir a terapia es conversar con una persona que percibe todo lo que tú le cuentas como perfecto, para facilitarte que puedas darte cuenta de si estás frustrado o asustado o las dos cosas, descubriendo cuál es la percepción que te lleva a estar en ese estado, para que tu cerebro reptiliano de forma espontánea la pueda transformar en otra que te devuelva el bienestar cada vez que lo pierdas.
La terapia educativa-experiencial de
escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con
su acompañamiento, vayas descubriendo en
tu historia cuántas veces estuviste frustrado o asustado y sólo saliste de ese
estado cuando pudiste transformar la percepción. Y cuando no fue así lo
normalizaste y cada vez que lo recordabas volvías a entrar en el mismo estado
de secuestro emocional, frustración o miedo, como si lo siguieras viviendo,
porque la percepción seguía siendo la misma. El tiempo no transforma la
percepción, sólo desplaza o normaliza el malestar.
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