En este momento, después de tantos programas, creo que todos podrán entender que cuando el cerebro reptiliano tiene o crea la necesidad de hacer algo, lo lleva a cabo por encima de todo. Este cerebro no puede pensar en las consecuencias, sólo puede cubrir la necesidad, por esto es nuestra parte instintiva, la que asegura la supervivencia. Esto explica que en estado de secuestro emocional hayamos tenido tantas conductas que una vez fuera de ese estado no hemos podido comprender ni tampoco muchas conductas de los otros en ese estado.
Cuando no hemos podido cubrir una necesidad y tomamos conciencia de que no hemos muerto, podemos explicarle a nuestro cerebro reptiliano con mucho amor, que ya no es necesaria, transformándola en posibilidad y librándonos de la frustración para siempre.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias, van descubriendo cuántas conductas de ellas mismas y de las demás no entendieron por no saber cómo funciona el cerebro humano. Y así de forma espontánea, mientras siguen hablando va surgiendo dentro de ellas la semilla de la creatividad que les permite ir entendiendo todo su pasado, desarrollando la confianza en ese cerebro reptiliano que les protege, les guía y les da la oportunidad de descubrir una necesidad por falta de cobertura y trascenderla, porque ya no es necesaria quedando libre de ella para siempre. Así, poco a poco, van desarrollando el amor incondicional a su cerebro reptiliano y al de todas las personas, apareciendo la compasión, ante las conductas procedentes de ese cerebro, del que fueron ellas las primeras víctimas. Es un proceso.
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