AUTONOMÍA EMOCIONAL

Para llegar a ser autónomo emocionalmente es necesario que entiendas que como ser humano tienes un gen altruista que genera la necesidad de atender al que lo necesita y enseñar al que no sabe y que en esto consiste la libertad del amor incondicional, que te permite amarte, amar a los otros y amar la vida independientemente de tus actos, de los actos de los otros y de las situaciones que te presente la vida.

Cada vez que estás afectado por algo no puedes amar porque estás en estado de secuestro emocional, frustrado o atemorizado, es decir con el cerebro reptiliano activado y este cerebro sólo puede odiar, generando los químicos de la violencia para imponer lo que necesitas que suceda o evitar lo que tienes miedo a que suceda. Este cerebro instintivo en contacto con el potencial creativo infinito de que dispones  puede llevarte a lo peor de ti, que es quitar la vida a otro ser humano o a ti mismo, o a lo mejor de ti, que son posibilidades infinitas de afrontamiento mientras estés vivo. Lo que no te mata, desarrolla tu capacidad transformadora, flexibilizándote y fortaleciéndote.

Sentirás autonomía emocional cuando descubras que cada vez que entras en estado de secuestro emocional y sólo cuando estás en este estado tienes la oportunidad de descubrir cuál es la necesidad que no está siendo cubierta (frustración) y transformarla en la posibilidad de que suceda o no, quedando libre de ella,  o qué es lo que estás temiendo que puede pasar que te va a producir frustración, que es el objetivo del miedo segregar los químicos necesarios que te lleven a evitar que suceda lo que temes o comprender que la necesidad que temes que quede al descubierto puede pasar a la posibilidad de que suceda o no y liberarte de ella. El miedo siempre activa el cerebro reptiliano que es el que te guía y te protege, el que te  dio la vida y te la quitará. Cómo percibes, piensas, sientes y actúas está grabado en tu cerebro reptiliano y tienes la posibilidad de evolucionar transformando las percepciones que te llevará a transformar los pensamientos, sentimientos y acciones para ir humanizándote.