Desde que nacemos empezamos a tener la experiencia de despedir el año vivido y recibir el que empieza, tomando 12 uvas y brindando por el año vivido y por el que empieza.
Este encuentro generalmente lo aprovechamos para agradecer todo lo vivido y confiar en lo que vendrá, expresando buenos deseos para todos.
Si están invitados a partir el año en una fiesta donde asistirá alguien con el que se sienten incómodos no dejen de asistir para poder disfrutar con los demás, recordando que en nuestra memoria quedarán grabados para siempre los ratos compartidos con las personas, cuando ya no están.
Los encuentros de fin de año también nos dan la oportunidad de recordar a los que ya no están, contando anécdotas y evocando recuerdos que nos harán sentir que siguen con nosotros de otra manera. Cada encuentro humano es único e irrepetible y propongo brindar por seguir encontrándonos para ofrecernos la presencia como el mejor regalo.
Mi deseo para el año que viene es que las personas sigan conociendo y confiando en la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, para que puedan ir entendiendo que todo puede llegar a ser percibido como perfecto, porque lo que sucede o les gusta o les conviene, nada sobra ni falta en su vida para sentirse felices.
Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades, desde el pensamiento divergente.
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