Siempre los mayores dijeron a los niños que de
cada experiencia vivida podrían aprender cosas que no sabían, ni podrían haber
aprendido si no hubieran vivido la experiencia.
Sin embargo, tanto los padres como educadores,
habitualmente no invitan a experimentar,
a los hijos o educandos, con lo que les
crea curiosidad para que puedan construir sus propios aprendizajes,
acompañándoles mientras van informando de los posibles riesgos para que puedan
tomar todas las precauciones posibles, desarrollando así sus instintos, que les
llevará a confiar en si intuición.
Hablando con Manuela podrán iniciar el proceso de comprobar si las certezas transmitidas coinciden con las
que han descubierto a través de sus propias experiencias y si no es así, irán transformándolas
en posibilidades. Y así, poco a poco,
irán desarrollando la intuición que les evitará ser captados por cualquier
movimiento sectario de los muchos que abundan.