Como la realidad no existe, lo que existe son percepciones de la realidad, las situaciones no son las que nos crean frustración, miedo, angustia, ansiedad, apatía, desesperación, impotencia, sufrimiento, insomnio, etc. sino es la percepción que hacemos de las situaciones las que generan pensamientos, sentimientos y comportamientos que nos crean mucho malestar.
Mientras vas hablando con un profesional de lo que estás viviendo y con su acompañamiento puedes ir tomando conciencia, poco a poco, de cómo estás percibiendo la situación que estás viviendo fuera o dentro de ti, y entendiendo que es esa percepción la que te crea malestar, y poco a poco desplegando la creatividad la podrás ir transformándola en otra que te genere pensamientos, sentimientos y comportamientos que te devuelvan la paz interior, la tranquilidad que todos buscamos cada vez que la perdemos.
Como todo depende del cristal con el que se mira, lo único que
podemos transformar es la percepción del pasado, presente y futuro y en eso consiste nuestra originalidad, las
percepciones están continuamente
transformándose, porque nada es estático, todo es dinámico. Este proceso puede
ser consciente o inconsciente, recordando que el paso del inconsciente al
consciente siempre es a través de la palabra.