El espíritu navideño está basado en el amor incondicional, entendiendo que todos hacemos lo que necesitamos hacer en cada momento, aunque no sea nuestro deseo y no hacemos lo que no necesitamos hacer, aunque deseemos hacerlo.
Sin embargo, la ética del cerebro mamífero transmitida está basada en premiar a los que percibimos como buenos con nuestro amor y castigar a los que percibimos como malos con nuestros peores deseos, fruto del odio que maneja el cerebro reptiliano en nombre del amor.
Cuando entendemos que el cerebro humano tiene la posibilidad de transformar la ética transmitida por el cerebro mamífero, basada en el amor mercantil, en otra nueva y original, basada en el amor incondicional que nos hace libres, empieza el proceso de generar la necesidad de abrirnos a la posibilidad de que la creatividad se vaya desplegando para ir descubriendo el gen altruista que nos puede ir humanizando.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento, van descubriendo que la ética transmitida les produce mucha frustración y miedo y que es precisamente en este estado de secuestro emocional cuando puede aparecer la apertura a la posibilidad de descubrir la percepción transmitida que les genera malestar y transformarla en otra nueva y original que les devuelva el bienestar y les permita descubrir respuesta eficaces y satisfactorias. Es un proceso.