Son muchas las personas que cuando vienen a hacer una sesión de terapia de escucha, y les pregunto qué les trae a mi despacho, después de perderse por las ramas acaban diciéndome que quieren vivir tranquilos, que nada les afecte, ni les preocupe.
Cuando van entendiendo que no son las circunstancias las que producen afectación o intranquilidad, sino la percepción que cada uno hace de lo que sucedió en el pasado, está sucediendo en el presente o cree que puede suceder en el futuro, van cayendo en la cuenta de que esto ha sido así en su experiencia vital y poco a poco de forma espontánea van transformando las percepciones que les crean malestar en otras que le van devolviendo el bienestar, contribuyendo a mejorar la calidad de vida porque recuperan las ganas de vivir y el sentido de la vida .






