Muchas veces consideramos lógico y licito el malestar y hasta lo
normalizamos. Pero mientras no reconocemos el malestar, las sustancias que
genera nuestro cerebro están circulando por el torrente sanguíneo y puedan
llegar a crear enfermedad, porque no se están utilizando en desplegar la
creatividad para preguntarnos qué es lo que ha producido el malestar y cuando
lo descubrimos seguirnos preguntando cómo lo hemos percibido porque ese es el
origen del malestar.
El malestar no lo produce lo que sucede sino la percepción que tenemos grabada en nuestro cerebro de lo que sucede. No podemos cambiar nada de lo que sucede, ni dentro, ni fuera de nosotros, pero si tenemos infinitas posibilidades de percibirlo. El tiempo no transforma la percepción, sólo desplaza o normaliza el malestar.
La terapia educativa-experiencial de
escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con
su acompañamiento, vayas descubriendo en
tu historia cuántas veces percibiste algo de una manera que te creo mucho
malestar y de forma espontánea un día empezaste a percibirlo de otra manera y
recuperaste el bienestar, no volviendo a quedar afectada nunca más por una
situación similar. Así iras comprobando en tu propia historia que tu potencial
infinito creativo ha hecho posible que muchas percepciones a lo largo de tu
vida se hayan ido transformando de forma espontánea, consciente o
inconscientemente.