El cerebro humano
empieza a construirse desde el mismo momento que es engendrado el nuevo ser y
mientras dura la gestación se va construyendo relacionándose con su madre en
todo lo que ella vive y cómo lo vive, hasta el momento del nacimiento.
Y desde que nacemos nos seguimos construyendo a través de las relaciones con la figura de apego y con el exterior hasta aproximadamente los nueve meses, que es cuando aparece el impulso al desplazamiento y continua nuestra construcción ya en la relación con todo lo que nos rodea hasta el último suspiro.
Todos somos seres
humanos inacabados hasta que morimos porque siempre estamos en continua
transformación a través de los estímulos que continuamente está llegando desde
dentro y desde fuera de nosotros. Cada día se acuesta una persona y se levanta
otra nueva, después de haber tenido lugar todos lo procesos mentales que el
cerebro humano lleva a cabo mientras duerme o en vigilia pero sin desafío del
presente.