La Sexualidad,
entendido como la búsqueda continua del bienestar, el gusto, el placer y el
disfrute. Mientras más fuerte es el deseo de conseguir un estado de bienestar
interior más intensa es la búsqueda. Como este deseo es infinito la búsqueda
también es infinita, por esto la esencia de la condición humana es la búsqueda
continua hacia el bienestar. Los mamíferos, en cambio, sólo buscan el
bienestar desde el instinto de
supervivencia
adaptándose al medio, para mantener la especie.
El
ser humano es el único que está dotado del impulso a buscar el bienestar, el
gusto, el placer y el disfrute haciendo posible la evolución. Este es el
bienestar que reconocemos cuando algo nos apasiona, porque desplegamos el resto
de los potenciales infinitos: la vitalidad, la creatividad, la transcendencia y
la afectividad. Y así vamos desarrollando el amor incondicional que nos permite
amar en libertad, sin temor a tener que dejar de amar si los comportamientos de
los seres queridos así lo exigen.
La
atracción sexual es simplemente una manifestación de nuestro potencial humano:
La sexualidad y no tiene nada que ver con la procreación aunque a veces sea la
consecuencia, pero no es el fin. El fin es la búsqueda del bienestar que
produce entregarnos al otro mientras recibimos su entrega, generando la energía
creativa del amor.
El
temor al malestar sólo disminuye desarrollando la capacidad de experimentar
bienestar, por esto aprender a
transformar las percepciones tóxicas en otras sanas es el más necesario de todos
los aprendizajes. Sólo así el acto de vivir se convierte en placentero en si
mismo, por las oportunidades continuas que vamos encontrando para desplegar la
creatividad e ir descubriendo nuestra originalidad.
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