El
propósito de la educación es ayudar a las personas a encontrar las formas de
aprender por ellas mismas. Pero como el sistema educativo valora más las
calificaciones que el aprendizaje, los padres pueden facilitar a sus hijos que
construyan aprendizajes a través de sus propias experiencias en la escuela y en
casa, para motivarlos.
La escuela premia con buenas notas y castiga con malas notas y esto genera adultos siempre insatisfechos porque perciben que sus maestros nunca le ponen las notas que merece cuando son buenas y cuando son malas siempre son injustas.
Si estás interesada en aprender cómo puedes compensar las deficiencias del sistema educativo con tus hijos, hablando con Manuela, podrás ir encontrando tus propias respuestas intuitivamente desplegando la creatividad y comprobando si va aumentando la motivación y la curiosidad del niño por construir aprendizajes. No hay recetas, sólo ensayo-error. Es un proceso transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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