Cuando sentimos
envidia nuestro cerebro reptiliano o instintivo está abierto a la posibilidad
de poder tener algo que tiene otra persona tomándolo como referente.
Percibir la envidia
como algo malo nos lleva a negarla, desplazándola de la conciencia, por no poder reconocerla como referente para
crear nuevas posibilidades.
Cuando yo percibo
algo en alguien que me gustaría tener a mí siento envidia y mi cerebro
reptiliano ya está abierto a la posibilidad de crear eso dentro o fuera de mí,
si me conviene, porque si no es así desaparecerá la envidia espontáneamente, de
forma natural.
Mientras vas
descubriendo todo esto en tu historia, irás entendiendo que la envidia lejos de
ser mala, cada vez que la has sentido te ha ofrecido la oportunidad de percibir un referente que
te ha servido para que se iniciara dentro de ti el proceso de apertura a la
posibilidad de crearlo fuera o dentro de
ti, si era conveniente para ti, y si no descartarlo.
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