Si te necesito no puedo amarte, sólo te
necesito para que cubras mis necesidades. Si eres de los que te encantan las
canciones que dicen frases como “mi vida eres tú”, “sin ti no soy nada” o “me
muero si no estás”, si te derrites cada vez que tu pareja te dice “eres todo
para mí” o “no podría vivir sin ti”, es muy probable que no hayas descubierto
el amor incondicional por tu pareja, porque es la que cubre tus necesidades,
por lo tanto tu vida está en sus manos. No le amas, le necesitas.
El
amor es libertad, no miedo a perder a la persona que cubre mis necesidades. A
menudo oímos frases del tipo “necesito estar con él todo el tiempo”, “haría lo
que fuera por ella”, “si me deja, me muero”.¿Te has preguntado alguna vez qué
hay detrás de este tipo de afirmaciones? El miedo a perder a la persona que da
sentido a tu vida. Explican el amor mercantil. Yo te amo para que tú me ames.
Yo te amo porque tú me amas. Pero el amor mercantil crea un lazo que esclaviza, basado
en dos temores. Primero, el abandono si no hago lo que el otro necesita en cada
momento, y segundo, que el otro tenga una conducta que me lleve a sentir el
deber de abandonarle.
Durante
mucho tiempo nos han inculcado que en el amor es inevitable sufrir, y en el
amor mercantil así es. En cambio, si desarrollamos el amor incondicional en
pareja, no hay miedo a sufrir, porque sentiremos que no necesitamos nada
diferente a lo que la persona amada necesite ofrecernos en cada momento. Amamos
simplemente porque nos sale y nos lo permiten. Así, si nuestra pareja decide
romper el contrato mercantil, podremos seguir amando en la ausencia, como a
quienes fallecen, eternamente, a través de los recuerdos de todo lo compartido,
desarrollando la gratitud por ello.
El
amor incondicional nos permite amar en libertad, independientemente de las
conductas del otro. Le seguiremos amando mientras nos lo permita, sin tomar
ninguna represalia, ni aplicar castigo a sus conductas. Cuando amamos en
libertad, nada ni nadie es imprescindible. El amor incondicional nos permite
desarrollar nuestra autonomía afectiva para poder amar en libertad y sin
temores.
Así
pues, para poder ser feliz en pareja es necesario antes descubrir que no
necesitamos nada diferente a lo que necesite ofrecernos en cada momento nuestra
pareja. Y entonces podemos entender que sólo contamos con nuestr@ niñ@ interior
para no sentirnos solos, siendo la soledad, a su vez, el único estado que nos permite
comunicarnos con él/ella, para acompañarnos mutuamente. Esto hace que, de forma
espontánea y natural, desaparezca el miedo a perder a la pareja, porque
sentimos que nunca más volveremos a estar solos, pues siempre estaremos con nosotros
mismos, siendo ésta la única compañía real y auténtica.
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