Todo lo que creemos que hacemos por cumplir un deber, para librarnos de la culpabilidad que nos produciría no hacerlo, podemos entender que esa experiencia nos puede servir para descubrir que precisamente gracias al debería tuvimos esa experiencia y tenemos la oportunidad de transformarla en bendita para nosotros.
Todos los deberías que existen en nuestro cerebro mamífero están destinados a poder amar incondicionalmente e ir así desarrollando nuestro gen altruista que promueve el proceso de convertirnos en verdaderos seres humanos.
Todo puede ser perfecto cuando el cerebro se abre a la posibilidad de que todo puede llegar a ser percibido como perfecto, pasando del pensamiento convergente al pensamiento divergente.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando, van descubriendo cuántas experiencias tienen guardadas en la memoria como obligaciones o por cumplimiento de un deber para librarse de la culpabilidad y con mi acompañamiento van desplegando la creatividad, descubriendo lo maravilloso que fue haber vivido esas experiencias, aunque entendidas como obligaciones o deberías, porque es precisamente ese malestar que produce la interpretación tóxica de la experiencia, lo que les lleva a poder transformarla en otra sana que les devuelva el bienestar, sintiendo gratitud a ese cerebro mamífero transmitido por sus progenitores que siempre actúo a su favor, nunca en contra. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador.