Mientras la ética del cerebro mamífero se mantiene como se recibió, por introyección e imitación, no puede aparecer la apertura a la posibilidad en el cerebro reptiliano de transformar una necesidad en posibilidad, quedando libre de ella.
Cuando vivimos cubriendo necesidades, simplemente sobrevivimos tomando las percepciones transmitidas como la única posibilidad de acuerdo con la ética transmitida.
En cambio, si aprendemos a vivir desde las infinitas posibilidades, podremos vivir como verdaderos seres humanos, transformando la ética transmitida en otra, única y original, basada en el amor incondicional que va desarrollando el gen altruista que nos constituye como seres humanos y que nos hace libres para poder fluir con todo lo que la vida vaya presentando, encontrando siempre respuestas eficaces y satisfactorias, entendiendo que nada puede ser mejor que lo que tenemos en cada momento, porque es lo único que podemos afrontar, así nos vamos humanizando, confiando en la vida y disminuyendo el miedo a vivir.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento, van descubriendo que la ética transmitida está basada en el amor mercantil que premia a los buenos y castiga a los malos, y que por eso necesitan aplicar castigo a todos aquellos que perciben como malos, simplemente porque no dan cobertura a sus necesidades. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador.
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