El cerebro humano no es estático, es dinámico, porque está en continua transformación en la interacción con lo que va presentando la vida dentro y fuera de nosotros.
El cerebro mamífero está en continua transformación, la ética transmitida se va transformando paulatinamente por las propias experiencias y va generando en el cerebro reptiliano nuevas necesidades que nos guían y nos protegen y transformando las que existen, por falta de cobertura o miedo a la no cobertura, en posibilidades o transcendiéndolas, quedando libre de ellas.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento, van descubriendo que su ética transmitida se ha ido trasformando por sus propias experiencias, aunque no hayan sido nunca antes conscientes de esto, y esto les facilita entender el conflicto generacional que todo ser humano siente en su interior con sus padres y empiezan a desarrollar la gratitud por todo lo vivido y la compasión por sus progenitores y por ellos mismos, entendiendo que todos somos víctimas de la ética transmitida y de nuestras propias experiencias. Mientras van descubriendo todo esto, va empezando el proceso de transformación de las percepciones tóxicas en otras sanas, que les llevan a respuestas eficaces y satisfactorias y la realidad se va transformando de forma espontánea. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades.
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