Después de la acogida que tuvo el libro anterior “de Satélites y Planetas” en 2014 del que se repartieron 400 libros; Helena me propone empezar a trabajar en un nuevo libro para seguir profundizando en el infinito potencial creativo que tenemos para transformar las percepciones transmitidas que nos generan malestar en otras nuevas que nos devuelvan el bienestar y nos permitan descubrir respuestas eficaces y satisfactorias, al tiempo que nos vamos humanizando.
Acepto la propuesta y empezamos a encontrarnos semanalmente para hablarle de todo lo que ella me va proponiendo desde sus inquietudes.
Mientras yo voy contándole, voy descifrando muchos de los jeroglíficos que están en nuestro ADN poniéndole palabras que ella va tecleando a una velocidad del rayo.
Un día Helena me pregunto ¿entonces, Manuela, ¿todo es perfecto? Y le contesté: No. Todo puede ser perfecto, porque es una posibilidad no una certeza. Y así apareció el título del libro que yo confiaba en que se mostraría sin buscarlo, y así fue.
El libro “Todo puede ser perfecto” es un libro EDUCATIVO- EXPERIENCIAL, que facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje: Presenta conocimientos nuevos que crean el conflicto cognitivo necesario para construir nuevos aprendizajes a través de la propia experiencia, que vayan permitiéndonos relacionarnos desde nuestro cerebro humano, ofreciendo siempre atención sana para poder construir así relaciones humanas sanas, que nos vayan humanizando.
En el cerebro mamífero radica el amor-mercantil, basado en los derechos y deberes, en los premios y los castigos.
En nuestro cerebro humano está el infinito potencial creativo que permite que se desarrollen las semillas del amor incondicional, cooperación, humildad, compasión, gratitud y afectividad.
Todas nuestras acciones son producto de una necesidad creada por el cerebro reptiliano, interconectado continuamente con el cerebro mamífero y el humano.
Cuando entramos en estado de secuestro emocional tenemos la oportunidad de descubrir de forma creativa, mediante la energía transformadora de la frustración y del miedo, la necesidad que no ha sido cubierta y entender que puede dejar de ser necesaria, porque no hemos muerto, descubriendo en qué nos beneficia que dicha necesidad no haya tenido cobertura y poco a poco el cerebro reptiliano irá transformándola en la primera de infinitas posibilidades o simplemente la transcenderá, quedando libre de ella para siempre.
En nuestro cerebro humano reside el infinito potencial creativo que nos ofrece la capacidad de descubrir que sólo necesitamos recibir de los seres amados lo que ellos necesiten ofrecernos y que sólo necesitamos entregarles lo que ellos necesiten recibir.
Cuando esta capacidad empieza a desarrollarse vamos descubriendo dentro de nosotros la semilla del amor incondicional que nos permite amar en libertad e irnos convirtiendo en auténticos seres humanos.
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