Desde al ámbito escolar venimos escuchando que lo que más se valora es el esfuerzo y este valor nos suele acompañar toda la vida.
Sin embargo, podemos observar en la naturaleza que ningún proceso transformador es producto del esfuerzo. Ninguna planta echa sus flores, ni las pierde, con esfuerzo, sino que este proceso ocurre de forma natural porque existe esa información en su código genético.
La transformación continua que tiene lugar en el ser humano a nivel físico o psíquico tampoco es producto de ningún esfuerzo, sino por las necesidades transmitidas de generación a generación a través del ADN.
Una vez que caemos en la cuenta de esto podemos comprender que no es el esfuerzo el que nos puede llevar a un comportamiento nuevo, sino la motivación que lleve al cerebro reptiliano a crear la necesidad, a través de los beneficios que tendría la nueva conducta.
La TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, facilita a la persona que mientras va hablando y con mi acompañamiento vaya tomando conciencia de cuántos éxitos tiene guardados en su memoria atribuidos a su esfuerzo, descubriendo que fue la motivación la que le llevó a hacerlo sin ningún esfuerzo, sólo mandada por la necesidad generada en su cerebro reptiliano, y empieza a entender por qué no fue capaz de esforzarse, o al menos intentarlo, en otros objetivos que le hubieran gustado alcanzar. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades desde el pensamiento divergente.
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