Por lo menos hasta que descubran la vacuna, tendremos que aprender a vivir y relacionarnos con el miedo de podernos contagiar. Esto nos hará estar muy atentos a las medidas de higiene y a comunicarnos desde la distancia física, sintiéndonos más cerca que nunca a través de la mirada.
Poco a poco iremos normalizando todo lo que ahora es nuevo y dejará de serlo cuando lo tengamos normalizado. Este proceso se irá dando de forma espontánea, sin poner voluntad, ni esfuerzo, ni intención, ni atención. En esto consiste la plasticidad del cerebro humano que se puede adaptar a todo, si no muere, entendiendo que podemos vivir con todo y sin nada.
Hablando con Manuela podrán ir descubriendo cómo han ido normalizando lo nuevo que iba apareciendo desde que se decretó el estado de alarma, desarrollando así la confianza en el proceso espontáneo de normalización de lo que la vida les vaya presentando, percibiéndolo todo como la oportunidad de desplegar la creatividad para reinventarse, transformando las percepciones transmitidas, que impiden descubrir respuestas eficaces y satisfactorias, en otras que lo faciliten.
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