Llora todo lo que necesites hasta que tengas la seguridad de que no volverás a llorar más por lo mismo, porque la necesidad no cubierta se habrá transformado en posibilidad o habrá sido transcendida.
Cuando
tu cerebro descubre que una necesidad no cubierta no depende de ti la
cobertura, despliega la creatividad para transformar dicha necesidad en
posibilidad o transcenderla. Tanto si la transforma como si la transciende ya
nunca más sentirá frustración ni miedo a la falta de cobertura, por lo tanto
las lágrimas no volverán a aparecer nunca más.
Este
proceso es natural y espontaneo, por eso llorar es el mejor
ansiolítico natural que existe, porque tiene mejores efectos que los fármacos
ansiolíticos y sin efectos secundarios.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas contando a Manuela lo que te hace llorar cada vez que lo vives, vayas entendiendo que el llanto es la forma natural y espontánea de desahogar la frustración y el miedo, evitando así las enfermedades de origen psicosomáticas. Es un proceso transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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