El tiempo no lo puedes ahorrar, ni perder, siempre lo vives minuto a minuto, aunque no te des cuenta. Sólo depende de ti que cada minuto vivido lo percibas como bien aprovechado o como tiempo perdido, según lo que te hayan transmitido.
Cada vez que percibimos que hemos perdido el tiempo sentimos malestar y es importante que recordemos que como el tiempo nunca es perdido, tenemos la oportunidad de desplegar la creatividad para encontrar qué nos ha aportado esa experiencia que hemos percibido como pérdida de tiempo y una vez que lo descubrimos ya nunca sentiremos que hemos perdido el tiempo con dicha experiencia, sino que lo hemos usado para descubrir o aprender algo que no sabíamos.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas contando a Manuela lo que percibes como una pérdida de tiempo con su acompañamiento, vayas descubriendo qué es lo que te puede aportar dicha experiencia, al tiempo que vas entendiendo en tu propia experiencia que perder el tiempo no es posible, todo suma. Cada minuto vivido tiene un sentido en la vida de cada persona y sólo ella puede descubrirlo. Es un proceso transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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