Los niños aprenden
a comunicarse con cada adulto siguiendo el modelo que éste le ofrece. Es muy
importante que el adulto entienda esto para que pueda percibir al niño como un
espejo donde se puede ver él y poco a poco vaya ofreciendo lo que le gustaría
recibir del niño.
Si el adulto no se comunica con el niño cuando está afectado y cuando haya recuperado la calma le informa con amor de lo que a lo mejor él todavía no sabe hasta que lo entienda, el niño hará lo mismo y se establecerá un canal de comunicación sano que generará un vínculo afectivo sólido.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que
mientras le vas contando a Manuela lo que no te gusta de algún niño cuando se
comunica contigo, y con su acompañamiento irás descubriendo que está
reproduciendo tu modelo y poco a poco podrás ir creando una forma nueva de comunicarte
que él tomará como modelo a imitar de forma espontánea. Es un proceso
transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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