El objetivo de educar es favorecer que los hijos vayan desarrollando el espíritu crítico, la autonomía y la responsabilidad.
Por esto es necesario facilitarles que vayan intentado hacer todo lo que puedan hacer solos, ofreciéndoles la seguridad de que estarán siempre cuando les necesiten, para que puedan sentirse seguros, confiando en sus instintos y en sus padres sólo cuando sean necesarios.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que
mientras vas hablando con Manuela de tus temores y con su acompañamiento, irás descubriendo
qué es lo que tu hijo puede hacer sólo, para invitarle a qué lo haga,
ofreciéndole ayuda y protección si la necesita.
De esta forma el niño irá midiendo sus fuerzas y sus capacidades e irá desarrollando la confianza en él y en la
vida. Es un proceso transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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