El objetivo de la
educación no es adiestrar a los hijos para que se porten bien, el objetivo del
educador es facilitar que los niños tengan experiencias que les ayuden a
contactar con lo mejor de sí mismos para poderlo ofrecer al mundo y así ir
consiguiendo poco a poco un mundo mejor.
Para que esto sea posible es necesario renovar
la mirada que tenemos de los niños, entendiendo que con la percepción que
tenemos transmitida por el modelo no es posible educar con ese objetivo.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela vayas descubriendo cómo miras a tu hijo y lo que esperas de él, para que poco a poco vayas transformando la percepción y cambiando la mirada, de exigente a compasiva de forma espontánea. Conversar es un proceso transformador continuo con un horizonte esperanzador, que facilita que puedas ir mirando a tu hijo con los ojos del amor incondicional, para que puedas contactar con lo mejor de ti mismo y poder ofrecerle así un modelo nuevo.
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