Todos aprendimos de nuestros padres y educadores a guardar nuestras experiencias en la memoria exactamente igual que las vivimos, creando amenazas que condicionan nuestra vida. En este momento evolutivo, cada vez que viene a nuestra conciencia una experiencia percibida y afrontada de forma tóxica, desde nuestro cerebro reptiliano, es una oportunidad para desplegar el infinito potencial creativo y transformar la percepción tóxica en otra sana, que venga del cerebro humano y descubrir respuestas sanas y eficaces para experiencias similares, transformando la amenaza en confianza.
Todas las amenazas que tenemos en nuestro cerebro están producidas por experiencias guardadas en la memoria como malas o dolorosas que indican que falta transformarlas en oportunidades que la vida nos dio para descubrir nuevos aprendizajes y así poderlas guardar definitivamente en la memoria como experiencias transformadoras, fundamentando la intuición.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando de experiencias vividas que tiene guardas como malas o dolorosas van tomando conciencia de la percepción tóxica que hicieron de ellas porque les genera malestar cuando la evocan y poco a poco, como ya no están sucediendo, pueden ir descubriendo percepciones sanas que le lleve a sentir la gratitud por esas experiencias mientras descubre los aprendizajes construidos a través de ellas. Es un proceso.
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