Efectivamente, desde el amor mercantil del cerebro mamífero, mientras más peleamos más nos necesitamos, porque si nos atendemos habitualmente desde nuestros cerebros reptilianos, es decir afectados, tenemos establecidos canales de atención tóxica, adictiva y destructiva.
Pero desde el amor incondicional del cerebro humano, ya no hay peleas, porque no nos atendemos en estado de afectación, estableciendo así canales de atención sana que hace que no nos necesitemos y nos podamos amar incondicionalmente, con todo, por todo y a pesar de todo.
El gen altruista de todo ser humano nos lleva al deseo de poder amar incondicionalmente, pero para que esto sea posible es imprescindible entender que el ser amado no puede cubrir nuestras necesidades sino las suyas, igual que nosotros. Buscar la cobertura de las necesidades es lo único que nos lleva a la acción.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias van descubriendo que a las personas que dicen amar, solamente las necesitan porque cubren sus necesidades y cuando no las cubren entran en estado de secuestro emocional, activándose su cerebro reptiliano, que no puede amar sino odiar y ejercer violencia para conseguir cubrir la necesidad. Una vez descubierto esto, su cerebro se va abriendo a la posibilidad de poder salir del estado de secuestro emocional antes de comunicarse con nadie para ir estableciendo, poco a poco, y de forma espontánea, canales de atención sana. Es un proceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario