Con los hijos los padres entran a menudo en estado de secuestro emocional y ya hemos dicho que los químicos que inundan el torrente sanguíneo en este estado pueden ser energía transformadora si la dirigimos a desplegar nuestro infinito potencial creativo haciéndonos preguntas para descubrir la necesidad que no ha sido cubierta creada por la percepción transmitida y transformarla en otra sana que nos lleve a descubrir respuestas sanas y satisfactorias.
Por esto podemos entender que los hijos vienen a transformar a los padres no a ser adiestrados para cubrir sus necesidades. Esa función es la que hacen los animales, cubrir las necesidades de los dueños a cambio de asegurarse la supervivencia.
Todo puede ser perfecto cuando el cerebro se abre a la posibilidad de que todo puede llegar a ser percibido como perfecto, pasando del pensamiento convergente al pensamiento divergente. No podremos transformar ninguna percepción que antes no hayamos descubierto y tomado conciencia de ella.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias van descubriendo cuántas veces intentaron transformar a sus hijos exigiéndoles obediencia sin conseguirlo y el nivel de frustración que tienen guardado en la memoria. Poco a poco con mi acompañamiento, pueden ir desplegando la creatividad para descubrir las transformaciones que ellos mismos experimentaron y los aprendizajes que fueron construyendo a través de estos episodios frustrantes en un principio y transformadores más tarde. Es un proceso.
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