Cuando entendemos que todos percibimos, sentimos, pensamos y actuamos como necesitamos, ya podremos sentir compasión por todas las personas que manifiestan percepciones, pensamientos, sentimientos no humanos o tienen comportamientos que tampoco lo son, porque dejaremos de percibirlos como malas personas, entendiendo que son esclavos de sus necesidades.
Cuando nuestro cerebro reptiliano se activa por frustración y/o por miedo, entramos en estado de secuestro emocional y hemos aprendido a ponerle malignidad a la persona que nos ha metido en ese estado con su conducta, o a la propia vida si no podemos culpar a nadie de la situación que estamos viviendo.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento van descubriendo, poco a poco, cuánta malignidad le pusieron a las personas con las que entraban en estado de secuestro emocional, o que injusta era la vida, simplemente por no saber que la frustración y el miedo aparecen cuando una necesidad no ha sido cubierta o cuando puede dejar de tener cobertura en cualquier momento y entender que eran los comportamientos de los otros y las situaciones que les presentaba la vida lo que lo producían. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades desde el pensamiento divergente.
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