Tomar decisiones es una capacidad que el ser humano puede desarrollar a través de sus propias experiencias.
Cuando los padres deciden todo y no dan opción a los niños, no favorecen que esta capacidad se desarrolle y siempre necesitarán que alguien les diga la decisión correcta, al que obedecerán ciegamente y luego culparán si las consecuencias no son las esperadas.
Si los padres entienden esto ofrecerán situaciones a su hijo donde pueda decidir desde que la edad lo permita, dándoles a elegir entre varias opciones en situaciones cotidianas, estarán favoreciendo que desarrollen su capacidad de decidir.
Y así cuando sea su propio cerebro el que elabore posibilidades tendrá desarrollada la capacidad de decidir la que más le conviene. Y si le van preguntando para descubrir cuál ha sido el motivo de la elección tendrán la oportunidad de ir conociendo a su hijo a través de las percepciones que muestran su realidad, cómo percibe él lo que le va sucediendo.
Todo esto es un proceso, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades para que tu hijo pueda desarrollar la capacidad de decidir lo que más le conviene en cada situación que la vida le vaya presentando, e ir construyendo sus propios aprendizajes.
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