Es muy importante
que los padres entiendan que si educan dando órdenes y exigiendo obediencia
estarán adiestrando a sus hijos, facilitando así que siempre estén busquen
autoridades a quién obedecer o a quién seguir y resultarán muy fáciles de captar desde muy temprana edad por cualquier movimiento
sectario de tantos que abundan.
Las personas
obedientes no piensan en las consecuencias de sus actos porque son adictas a lo
que sienten obedeciendo y esto les impide relacionar sus actos con las
consecuencias. Simplemente perciben que han hecho lo que les mandó la
autoridad.
Hablando con Manuela y con su acompañamiento podrán distinguir la diferencia entre educar y adiestrar y descubrir que nunca es tarde para dejar de dar órdenes y empezar a ofrecer propuestas que pueden ser aceptadas o no, facilitando así que sus hijos desarrollen la autonomía y la responsabilidad que hará más difícil que puedan ser captados por quienes exigen la obediencia para ser premiados, recibiendo castigo si no lo hacen.
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