Es muy importante
que los padres y educadores entiendan que para los niños es muy necesario
desarrollar la tolerancia a la frustración.
Cuando el niño
entra en estado de frustración necesita sentirse acompañado por un adulto que
no hable, sólo permanezca a su lado con el corazón abierto, entendiendo que
está transitando la emoción, hasta que recupere el estado de serenidad y abra
un canal de comunicación que puede ser hablando o buscando un abrazo.
La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que
mientras vas contando a Manuela la frustración que te provoca la manifestación de la frustración
de tu hijo, ella te irá explicando cómo funciona su cerebro cuando entra en ese
estado y poco a poco, irás entendiendo que reprimirle la manifestación de la
frustración tiene muy malas consecuencias tanto para el niño como para para ti,
porque de forma espontánea se irán
radicalizando las conductas no deseadas del niño. Es un proceso transformador
continuo, con un horizonte esperanzador.
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