Tener un libro no
significa saber leer y tener un hijo no
significa saber educarlo. A leer hay que
aprender y a educar también, no venimos con esos aprendizajes por el A.D.N. y por eso no lo podemos hacer
por instinto, porque educar, en este momento evolutivo, no es adiestrar a tu
hijo para que se porte bien, sino es promover su desarrollo, su autonomía y su
espíritu crítico para que no busque autoridades a quién obedecer, sino que siga
su propia intuición siempre, su voz interior.
La adolescencia es un nuevo nacimiento. Cuando nacemos salimos del seno materno al familiar y en este segundo nacimiento salimos del seno familiar al social, siguiendo el modelo transmitido por los progenitores. Por esto es necesario que los padres transformen muchas percepciones para ofrecer al adolescente las mejores condiciones para llevar a cabo este segundo nacimiento de forma segura y eficaz, creando vínculos afectivos sanos con sus progenitores, que duraran para toda la vida.
La terapia
educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con
Manuela y con su acompañamiento vayas descubriendo las percepciones que llevan
a consecuencias que no quieres para tus hijos y poco a poco se irán transformando de forma espontánea. Conversar con los adolescentes explicando
siempre las consecuencias de sus actos, es un proceso transformador continuo
que facilita a los padres la transformación espontanea de sus percepciones y
que los adolescentes puedan ir creando las suyas por su propio interés y desde
sus necesidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario