El amor mercantil es el que todos reconocemos porque es el único que hemos recibido de nuestros padres y educadores. Sólo podemos sentir que amamos al otro cuando sus comportamientos coinciden con nuestras necesidades. Cuando no es así entramos en estado de “secuestro emocional”, se activa nuestro cerebro reptiliano para buscar la forma de conseguir que el otro se comporte como necesitamos para poderlo amar de forma mercantil o desplegar nuestro infinito potencial creativo para descubrir cuál es la necesidad que no ha sido cubierta y sentir que esta necesidad desaparece porque no nos llevó a la muerte. Cuando este proceso ha finalizado ya estamos en el cerebro humano y sentimos el amor incondicional a través de la compasión del otro y de mí, librándonos de la necesidad transmitidas de transformar al otro para poderlo amar. Cada vez que descubrimos que algo que nos afectaba de los otros ya no nos afecta y en muchos casos nos viene hasta bien nos vamos convirtiendo en auténticos seres humanos desplegando la creatividad para avanzar hacia la libertad.
Así con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando de los comportamientos de los otros que le meten en estado de “secuestro emocional” van descubriendo la necesidad de transformarlos, la van reconociendo como algo aprendido y van descubriendo que no necesitan que el otro se transforme para poderle amar como es, cuando descubre que eso que le afectaba tanto lo puede transformar de forma creativa en algo que le beneficie, porque le ofrece nuevas posibilidades. Es un proceso.
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