Cuando los padres sienten que les gustaría dejar de dar órdenes a sus hijos porque están cansados de sentir la frustración permanente por la desobediencia continua, ya están abiertos a la posibilidad de aprender a acompañarles para que sean ellos mismos quienes vaya descubriendo lo que les conviene para evitar consecuencias no deseadas de sus comportamientos. El ser humano sólo puede hacer algo diferente cuando la consecuencia de lo que hace habitualmente le produce malestar.
Acompañar a los hijos en sus experiencias para que puedan construir nuevos aprendizajes a través de ellas, es facilitarles que puedan entender que todas sus conductas tienen una consecuencia para ellos y que solo ellos pueden saber si les crea malestar o bienestar. Si les crea bienestar tenderán a repetirla y si les crea malestar tienen la oportunidad de transformarla en otra y comprobar si les crea bienestar o si tienen que seguir buscando hasta descubrirla.
En la vida como en la ciencia solo se puede avanzar por ensayo-error.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias van entendiendo que intentan educar a sus hijos dando órdenes, premiando, castigando, amenazando, y que en muchas, a veces demasiadas ocasiones, no consiguen la obediencia y además comprenden el origen de su frustración como educadores y empiezan a preguntar a sus hijos para entenderlos y a escucharlos para descubrirlos y así de forma espontánea y sin esfuerzo van surgiendo canales de atención sana basados solo en las consecuencias y en el amor incondicional, creando así vínculos afectivos sólidos y seguros. Es un proceso.
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