El cerebro reptiliano es el que contiene las necesidades buscando la cobertura de ellas llevándonos a la acción. Es el cerebro de los instintos, el intuitivo, el que asegura la supervivencia, el que siempre nos guía y nos protege.
El cerebro mamífero es el transmitido por imitación o por introyección, por nuestros padres primero y por todo el entorno después. Es el que contiene los deberías, los valores, lo que está bien y los que está mal, premiando o castigando.
Y la lucha interna que todo ser humano conoce a partir de los seis años y que desde ese momento le lleva a anhelar la paz interior, estar tranquilo es la que establecen esos dos cerebros imitando el modelo ofrecido para poder desarrollarnos como miembro de la especia humana y no morir.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias van descubriendo las necesidades que están grabadas en su cerebro reptiliano y los deberías que fueron grabándose en su cerebro mamífero por imitación o por introyección y entendiendo el origen de la lucha interna, mientras van desplegando la creatividad para poner palabra y poder tomar conciencia de todo esto e ir encontrando la forma única y original de que el amor entre esos dos cerebros empiece a sustituir a la lucha y poco a poco van recuperando la paz interior que todos traemos al nacer, al ir descendiendo la lucha entre los dos cerebros espontáneamente, al ritmo natural de cada uno, sin propósito, sin esfuerzo, sín lucha, sólo entendiendo para seguir entendiendo, desplegándose la creatividad continuamente. Es un proceso.
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