En nuestro cerebro reptiliano hay grabadas infinitas necesidades que nos guían y nos protegen. Esto explica que todo lo que sucede dentro y fuera de nosotros, necesitemos percibirlo de una manera, pensar y sentir de una manera y por supuesto actuar. Todo este proceso es inconsciente, lo único que podemos observar son nuestras acciones una vez que han sucedido, nunca antes.
Nunca podremos ir por delante de nuestro cerebro reptiliano y mucho menos controlarlo, porque es el cerebro de los instintos, el de la supervivencia, el que nos guía y nos protege. La posibilidad que tenemos es preguntarnos para descubrir y escucharnos para entender, desplegando la creatividad sobre cada experiencia que nos deja malestar, aprovechando la energía que corre por el torrente sanguíneo por estar en estado de secuestro emocional, hasta que descubramos cual fue la percepción tóxica que hicimos de la situación para poder empezar a transformarla en otra sana, que nos permita ofrecer lo mejor de nosotros y despertar lo mejor de los otros.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras van hablando y con mi acompañamiento, van descubriendo que tienen la posibilidad de llevar a cabo este proceso de forma consciente y así van sintiendo que va aumentando la confianza en su capacidad transformadora perdiendo el miedo a vivir. Todo esto es un proceso. No es una meta, es un horizonte esperanzador con infinitas posibilidades desde el pensamiento divergente.
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