Los niños percibirán la nueva normalidad imitando el modelo de sus padres.
Si sus padres la perciben como maldita y que todo lo que se encuentran cada día es malo, los niños imitaran la percepción y la irán guardando así en su memoria.
Si por el contrario los padres la perciben como bendita, porque entienden que todas las situaciones nuevas son una oportunidad para desplegar la creatividad y poder encontrar respuestas eficaces y satisfactorias, también serán un modelo que sus hijos imitaran e irán guardando en su memoria las experiencias vividas que les irá aportando confianza en sus propios potenciales.
Hablando con Manuela podrán ir descubriendo si están percibiendo la nueva normalidad como maldita o como bendita. Si la perciben como maldita caerán en la cuenta que sus hijos también la están percibiendo igual y con su acompañamiento irán desplegando la creatividad para ir transformándola en bendita, ofreciendo a sus hijos un nuevo modelo que poco a poco irán imitando de forma espontánea. Todo esto es un proceso, no es una meta, es un horizonte esperanzador, recordando que todo lo que no nos mata nos fortalece.
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