Es
muy importante que los padres entiendan que una conducta de su hijo no deseada,
se mantiene en el tiempo porque los
padres quedan afectados cada vez que aparece e intentan corregirla, castigando
o premiando, pero tanto el castigo como el premio no sólo no suelen corregirla,
sino que muchas veces la refuerzan. Este proceso es completamente inconsciente
tanto en los padres como en el hijo.
Una
vez que comprueban que lo anteriormente descrito es así pueden empezar a pensar
que si le pueden quitar la gravedad a la conducta no quedarán afectados y su
creatividad les llevará a buscar nuevas respuestas y comprobar los efectos.
Hablando
con Manuela de la conducta que consideran que no favorece a su hijo, podrán ir
descubriendo el grado de afectación que sienten cada vez que se produce y poco a poco con su acompañamiento y
orientación irán bajando ese grado, al tiempo que van desplegando la
creatividad para descubrir nuevas respuestas y comprobar sus efectos. Todo esto es un proceso que se inicia
hablando de cómo perciben dichas conductas.
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