Es muy importante que los padres entiendan que los niños
traen al nacer instintos protectores muy
potentes y sólo necesitan ir
desarrollándolos a través de sus
experiencias. Si aprenden a acompañar a sus hijos, siempre un paso por detrás,
podrán ir observando este proceso de
desarrollo espontáneo que les hará ir
desarrollando la confianza en sus propios instintos.
Todo lo que no resulte muy peligroso es mejor animarles a que lo experimenten, ofreciéndoles ayuda si la aceptan, a prohibirles o impedir que lo vivan porque es muy probable que lo hagan en cuanto encuentren la ocasión, sin ser guiados por sus instintos, sino por el miedo a que lo descubran desobedeciendo.
Hablando con Manuela y con su acompañamiento podrán caer en la cuenta de que igual que los niños aprenden a caminar solos y a ningún padre se le ocurre frenar las experiencias que le llevarán al aprendizaje, aunque cuidando mucho de estar cerca para evitar males mayores, pues igual pueden facilitar el resto de los aprendizajes a través de sus experiencias, por ensayo-error.
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