Hay parejas que
conviven muchos años e incluso tiene hijos y la convivencia no crea ninguna
dificultad y un día deciden casarse con la seguridad de que nada va a cambiar,
porque creen que sólo se trata de legalizar la pareja a través del matrimonio.
Sin embargo en no
pocos casos, después de la boda empiezan a surgir frustraciones por una parte o
por las dos, porque a nivel inconsciente, uno o los dos han generado
expectativas de cambios en el otro que iba a producir el matrimonio.
Si les ha pasado esto hablando con Manuela y con su acompañamiento podrán ir tomando conciencia de que su cerebro o el del otro generó expectativas de cambio después de la boda, de forma inconsciente, que no tuvieron lugar porque un papel no cambia nada a nivel afectivo y podrán ir reaprendiendo a convivir, creando una forma nueva de percibir el amor como lo que pueden ofrecer, independientemente de los comportamientos del conviviente, para sentirse felices y satisfechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario