Ante lo que ya ha sucedido y por supuesto es irreversible
porque ya ha sucedido tenemos dos opciones, una la que aprendimos casi todos:
buscar culpables para castigarlos o reconocernos como culpables para ejercer
castigo contra nosotros mismos. La otra opción que casi nadie conoce porque no
tuvo modelo, es desplegar la creatividad para empezar a descubrir posibles
soluciones y una vez solucionada la situación de la mejor manera posible, ya
podemos analizarla para descubrir el origen y buscar estrategias para evitar
que vuelva a suceder y si no las hay ya tendremos las respuestas que dimos la
primera vez, por lo tanto no tendremos miedo que vuelva a suceder porque ya
reconocemos la posibilidad y tenemos las respuestas elaboradas si llegará a
suceder.
Castigar nunca evita que se repita el comportamiento como la cárcel nunca evitará que se sigan cometiendo delitos, por esto no es humano buscar culpables, porque no nos lleva a desplegar la creatividad que nos humaniza sino a ejercer violencia, conducta muy poco humana.
La terapia educativa-experiencial de
escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con
su acompañamiento, vayas descubriendo qué
poco eficaz fuiste cuando buscaste
culpables o te reconociste tú mismo como culpable, porque las situaciones se
siguieron presentando y las seguiste afrontando como podías, temiendo que
volvieran a suceder porque las ibas a percibir y afrontar de la misma manera,
con violencia.
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