La primera percepción que nuestro cerebro tiene de lo que sucede fuera y dentro de nosotros es la transmitida por el cerebro mamífero de nuestros padres y educadores. Si esta percepción nos crea malestar, indica que nuestro cerebro reptiliano está activado y si no nos permite descubrir respuestas eficaces y satisfactorias, esta percepción es tóxica para nosotros.
La energía que inunda nuestro torrente sanguíneo cuando estamos en estado de secuestro emocional puede ser transformadora cuando entendemos que la creatividad nos permite transformar la percepción transmitida en otra nueva, que nos devuelva el bienestar necesario para descubrir respuestas satisfactorias y eficaces y poder fluir con lo que la vida nos va presentando, desarrollando el arte de mirar el presente, el pasado y el futuro con los ojos del corazón.
Con la TERAPIA EDUCATIVA-EXPERIENCIAL DE ESCUCHA en Atención Individualizada, las personas mientras hablan de sus propias experiencias, van descubriendo cuántas veces se empeñaron en cambiar algo fuera y dentro de ellas mismas, dando respuestas ineficaces e insatisfactorias. Y así de forma espontánea, mientras siguen hablando va surgiendo dentro de ellas la semilla de la creatividad que les permite ir tomando conciencia de que es la percepción tóxica que tienen de las situaciones lo que les impide poder fluir con todo lo que la vida les va presentando. Así, de forma espontánea, van desplegando la creatividad para descubrir la percepción tóxica que les produce malestar y transformarla en una sana que les devuelva el bienestar y les permita descubrir respuestas eficaces y satisfactorias. Es un proceso.
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