Al hablarle él puede escucharte y además mientras le vas contando todos los sentimientos, pensamientos y emociones que afloran en tu interior te vas liberando de ellos, sanando las heridas y sintiendo la gratitud por todo lo que te aportó y la compasión, que te irá permitiendo recuperar la confianza en la vida, en los otros y en ti mismo, recuperando así la alegría de estar vivo, y a la vez sentirás que le estás facilitando que pueda descansar en paz, sintiéndose querido y reconocido. Es un proceso transformador continuo, con un horizonte esperanzador.
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